“¿Por qué a él/ella sí y no yo?”
¡Cuántas veces he sentido en mi interior ese sentimiento! Se llama envidia, y es una de las emociones más humanas que existen, pero también una de las más destructivas para nuestro corazón.
La energía negativa de la envidia
La envidia no es simplemente un sentimiento pasajero. Es una fuerza poderosa que puede convertirse en el motor de nuestra vida, ¡pero en la dirección equivocada! Cuando permitimos que la envidia sea nuestra gasolina, estamos conduciendo nuestro corazón hacia un precipicio.
¿De dónde nace realmente esta emoción tan corrosiva? Una de las fuentes más comunes es poco intuitiva: ¡de la desconexión con nuestros propios dones! Cuanto más alejados estamos de nuestros verdaderos talentos y capacidades, más envidiamos lo que otros tienen o logran.
Es como si dentro de nosotros existiera un tesoro enorme, lleno de creatividad y belleza única, pero lo mantenemos encerrado, olvidado en un rincón oscuro de nuestro ser. Y mientras más lo ignoramos, más crece ese monstruo de la envidia que nos consume.
Consecuencias de la envidia en nuestra vida
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